Educación popular
Marlen
Eizagirre
Enfoque que entiende la educación como un proceso
participativo y transformador, en el que el aprendizaje y la conceptualización
se basa en la experiencia práctica de las propias personas y grupos. Partiendo
de la autoconcienciación y comprensión de los participantes respecto a los
factores y estructuras que determinan sus vidas, pretende ayudarles a
desarrollar las estrategias, habilidades y técnicas necesarias para que puedan
llevar a cabo una participación orientada a la transformación de la realidad.
Los orígenes de esta corriente, que ha tenido una
amplia incidencia teórica y práctica en el campo del desarrollo, se encuentran
ya en los años 60 en las aportaciones del educador brasileño Paulo Freire y en
la experiencia de multitud de organizaciones, principalmente latinoamericanas.
Partiendo de la constatación de una realidad de injusticia y desigualdad, su
preocupación consistió en ir construyendo con y desde los sectores populares, y
en base a la experiencia práctica, herramientas educativas que les permitieran
a éstos participar, organizarse y transformar su realidad concreta y mejorar
sus vidas. El objetivo último de la educación popular es contribuir a la
construcción de una democracia sustantiva, real y no sólo formal, en la que
todas las personas y pueblos tengan la capacidad y posibilidad efectivas de
participar en condiciones de igualdad, impulsando cambios sociales liberadores a
favor del desarrollo y de un mundo más justo, solidario y cooperativo, y en
mejor armonía con la naturaleza.
De esta forma, la educación se entiende como un
proceso transformador en el que las propias personas participantes son los
actores fundamentales. Tal proceso cuenta con varias fases, que se
retroalimentan y redefinen continuamente: a) reconocer críticamente la realidad
y la propia práctica, b) comprender y construir nuevas formas de actuar, c)
replantear la acción para mejorar la realidad, y d) actuar sobre la realidad
(Documentación Social, 1998). Como se ve, se trata de un proceso circular, en
el que se parte de la práctica, para reconceptualizarla y volver después a ella
modificándola.
Proceso
de educación popular
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Otro rasgo característico de la educación popular son las metodologías que utiliza. Consisten en técnicas y dinámicas que parten de la propia realidad y experiencia de las personas, y que se caracterizan por su carácter ameno, dinámico y motivador. Con ello se pretende suscitar y mantener el interés del grupo, facilitando en éste la participación, la reflexión, el diálogo y el análisis. En este sentido, el animador o el educador no aporta todas las respuestas, sino que simplemente ayuda a que el grupo se formule las preguntas necesarias y construya sus propias respuestas. Esta metodología es coherente con el carácter abierto, flexible, participativo, grupal, práctico y vivencial de la educación popular, así como con los objetivos y valores que propugna: la participación democrática, el desarrollo organizativo, la formación para la acción, la transformación y el cambio de la vida real.
Algunas otras características de la educación popular,
que han justificado el interés por la misma, son las siguientes (Vargas et al.,
1995): a) la diversidad de corrientes de pensamiento en las que se ha inspirado
(humanismo, cristianismo de base y teología de la liberación, marxismo, etc.);
b) su concreción práctica en un conjunto, amplio y diverso de experiencias, así
como el esfuerzo constante de conceptualización y profundización de sus
fundamentos teóricos; c) la producción de nuevos instrumentos metodológicos y
didácticos adecuados a los objetivos y la realidad de las personas a las que se
dirige; d) la orientación consciente y permanente de su práctica educativa
hacia el reforzamiento de los procesos organizativos de los sectores populares,
y su contribución al desarrollo de nuevas formas organizativas (comunitarias,
cooperativas, sindicales, etc.); e) la afirmación de la dimensión
político-pedagógica de su intervención educativa.
Es preciso subrayar la importante contribución que la
concepción y las metodologías de la educación popular han tenido en el campo
del desarrollo, en varios planos:
a) En primer lugar, este enfoque ha influido e influye
aún decisivamente en la práctica del trabajo comunitario no sólo de América
Latina, sino de todo el mundo.
b) Además, ha marcado decisivamente el trabajo de educación
para el desarrollo en los países del Norte.
c) Desde los años 80, la educación popular inspira la
orientación de muchos proyectos de desarrollo, en los que se promueve la
participación de los beneficiarios en el diseño y gestión de aquellos,
partiendo de sus propias necesidades y prioridades.
d) Igualmente, la filosofía que inspira la educación
popular, así como las experiencias a que ha dado lugar, han sido la raíz de la
que han brotado nuevos conceptos fundamentales hoy en la terminología del
desarrollo, referidas a la implicación de las personas y comunidades en los
procesos de cambio, como son: empoderamiento, participación
comunitaria, capacidades locales o
fortalecimiento institucional.
e) Por último, la educación popular ha contribuido
también a la elaboración de numerosas técnicas que facilitan que las propias
comunidades puedan analizar la realidad, así como sus necesidades, su vulnerabilidad y sus
capacidades, entre las que figuran la investigación-acción-participación, los enfoques
participativos y el diagnóstico rural
participativo.
La educación popular ha pasado por diversas etapas en
las décadas pasadas. En los años 60 el objetivo central consistió en la
creación de organizaciones capaces de transformar la realidad. En los 70,
aunque perduró ese objetivo, la prioridad se centró en el fortalecimiento de
las organizaciones y movimientos populares ya existentes, impulsando procesos
sociales como los que llevaron al poder a Allende en Chile o a los sandinistas
en Nicaragua. En los años 80, por su parte, se constató la necesidad de
incrementar la profesionalidad de los grupos educativos existentes. Por último,
en los años 90 la educación popular entró en crisis, por el debilitamiento de
las utopías y de los modelos de cambio social experimentado al concluir la
Guerra Fría, al tiempo que se le formulan varias críticas: la escasa base
pedagógica de sus métodos y técnicas, el limitarse a poco más que un conjunto
de dinámicas y juegos, y su carácter excesivamente alternativo y localista.
Sin embargo, desde mediados de la década de los 90
parece asistirse a una cierta revalorización de la educación popular. Si bien
muchos la ven como un anacronismo ligado a pasadas experiencias revolucionarias
en el tercer mundo y
totalmente inadecuada para las sociedades avanzadas, otros sectores entienden
que la educación popular tiene cabida también en las sociedades del Norte: con
las debidas adecuaciones a su realidad social, política y económica, la
educación popular puede ser un instrumento válido para impulsar las
transformaciones que también el Primer Mundo, y toda la humanidad, deberán
afrontar en el nuevo contexto de globalización.
En cualquier caso, son numerosas las organizaciones y
redes en todo el mundo, entre las que destacan Alforja (Red Centroamericana de
Educación Popular) y la CEAAL (Centro de Educación de Adultos de América
Latina), que siguen trabajando en educación popular y tratan de
reconceptualizarla y reajustar sus propuestas y estrategias a la nueva realidad
de la mundialización. M.
E.
Bibliografía
- Alforja
(1996), La construcción de la democracia desde la educación popular: su
sentido y sus posibilidades, Documento de trabajo, Alforja, Costa Rica.
- Alforja
(Red Centroamericana de Educación Popular), sitio en internet: http://www.alforja.or.cr
- Archer,
D. y S. Cottingham (1997), Manual de base del método Reflect-action,
Action-Aid, El Salvador.
- Blackburn, J. (2000),
"Understanding Paulo Freire: Reflections on the Origins, Concepts and
Possible Pitfalls of his Educational Approach", Community Development
Journal, vol. 35, nº 1, enero, pp. 3-15.
- CEAAL
(Consejo de Educación de Adultos de América Latina) (1992), Construyendo
poder, creando futuro. La educación popular para una cultura democrática y
solidaria en América Latina, Encuentro de educadores populares
latinoamericanos, Colombia, 1992.
- Documentacion
Social. Revista de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, nº 110,
enero-marzo 1998, monográfico: "Educación y transformación
social", Madrid.
- Freire,
P. (1970), Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, Madrid.
- Freire,
P. (1993), Pedagogía de la esperanza, Siglo XXI, Madrid.
- Freire,
P. (1997), Pedagogía de la autonomía, Siglo XXI, Madrid.
- Nuñez,
C. (1992), Educación popular, movimientos populares y proceso de
democratización, IMDEC (Instituto Mexicano para el Desarrollo
Comunitario), México.
- Nuñez,
C., O. Fals y A. Caruso (1990), Investigación participativa y educación
popular en América Latina hoy, IMDEC (Instituto Mexicano para el
Desarrollo Comunitario), México.
- Vargas,
L., G. Bustillos y M. Monfán (1995), Técnicas participativas para la
educación popular, Ed. Popular,
Madrid
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